La interculturalidad, el criterio de
conciencia y el derecho indígena.
El problema indígena sobre
territorio, nación, consulta previa o autonomía económica, social, política
o cultural. Es realidad no es un problema indígena, más bien es un problema
occidental. Pues la organización económica política cultural de los pueblo
originarios existe “per se”, a quienes aun
nos resistimos en el discurso y en la
praxis, a reconocer la diferencia de concepciones y cosmovisiones del mundo, el
tiempo, el espacio que nos rigen. Y la diferencia entre el sujeto colectivo y el sujeto
individual que tenemos posicionado en nuestra
psiquis.
La normatividad jurídica internacional a favor de la declaración
de los derechos indígenas y sus expresiones colaterales, no ha sido
producto de un consenso fácil. La lucha
ha empezado en diversos puntos del
planeta, hace varios siglos. Solo que,
con los procesos de globalización se ha
hecho más visible y evidente las demandas identitarias. Y siendo la identidad indígena
durante tanto tiempo invisibilidad, ha resurgido
con mayor énfasis y protagonismo. Pero los discursos y la praxis que lo mantuvieron sojuzgado y en tensión permanente
no han desaparecido, por eso no debe extrañarnos las resistencias.
El convenio 169 de la
OIT, es bastante claro, la declaración que
no necesita ratificación también, igual las diversas sentencias supranacionales. El margen para la interpretación es escaso, pero estos siempre van a chocar con
el criterio de conciencia de los operadores
de justicia y los operadores políticos. Porque el criterio de conciencia puede ser positivo al sujeto de derecho o
negativo al sujeto de derecho.
Por eso la principal lucha ahora es generar criterio de conciencia positivo al derecho indígena. Sobre su territorio, pero también sobre su sabiduría,
organización política, expresiones
culturales, económicas e ideológicas. Y no concebirlos en estado de indefensión
permanente, el buen salvaje o la tribu
perdida de Israel. Y que solo nuestro desarrollo los salvara pues eso sería repetir el discurso
de hace mas 5 siglos.
Por eso reitero que el problema indígena no lo
es tal, el verdadero problema somos los otros. Los que hemos sido formados,
educados y socializados en los
dispositivos disciplinarios occidentales.
El problema somos aquellos que aun mantenemos una psiquis y cuerpo sojuzgado,
normalizado y encorsetado en los discursos hegemónicos occidentales.
Por eso también creo
que el proceso de deconstrucción hegemónico,
debe ser eso “un proceso”.
Pues sino también terminaremos reducidos a la impostura, la careta de lo
políticamente correcto y la hipocresía social. Y de eso ya tenemos varios
siglos por el castramiento ideológico e intelectual que venimos padeciendo.
Por eso, no he querido citar hechos o precedentes jurídicos,
sino apelar a ese aspecto que nos diferencia de los animales y nos
moviliza como seres humanos.
Pues las demandas indígenas, nos
pone como reto, demostrarnos en evolución.
Y no solo como sujetos jurídicos o políticos, inertes, rígidos, estáticos. Pues el reto de la interculturalidad, también es un
reto cognoscente, para ubicarnos como
sociedad en evolución, dinámica, actuante
y reconocernos en la diversidad y pluralidad de culturas y en la validez de diversos discursos, lenguajes,
idiomas, expresiones estéticas, sociales, económicas y corporales. Oponernos a ello implica reconocernos como cadáveres en la historia,
inmovilizados en la alienación y enajenación. Como subproductos de la hegemonía
tecno política, desechos de un modelo rapaz, carroñero o necrofiflico.
En la medida que nos reconozcamos como el problema,
tendremos la intuición necesaria para cambiar,
transformar y evolucionar nuestro
entorno político, ideológico, económico y social. Pues si nos mantenemos esperando que, sean los operadores políticos o jurídicos
quienes sienten los precedentes interculturales. Caeremos en el riesgo que un criterio de conciencia negativo a las demandas actuales, termine imponiéndose
o perpetuándose durante otro siglo más.
Y paso, porque no quiero reproducir el modelo académico hegemónico que me exige 5 páginas cuando lo puedo decir con igual convicción en solo una. Pues quiero
sentar un criterio de conciencia
positivo distinto al que aun nos sojuzga.
Pachamama
que estas en el suelo
Santificado sea tu fruto,
Venga a nosotros tu diversidad En la costa como en la selva
Danos la sabiduría cada día.
Perdona nuestra contaminación
Así como nosotros perdonamos
Huaycos y terremotos;
No nos dejes caer en la avaricia
Y líbranos de insecticidas, políticos y corruptos.
Amen
Jesús Alegría Argomedo
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Jesus Alegria