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jesus alegria
domingo, 5 de junio de 2011
Las políticas culturales y la oferta electoral
Las políticas culturales y la oferta electoral
Como se ha hecho costumbre en todas las elecciones, ninguno de los
dos candidatos se ha pronunciado sobre las políticas culturales que
implementarán en un eventual gobierno.
Por eso, muchos animadores culturales, activistas, promotores
culturales, gestores culturales, gerentes de la cultura y operadores
estéticos; no se han pronunciado a favor o en contra de la oferta
electoral sobre las políticas culturales, pues ésta no es visible o se
ha preferido no mencionar.
Pero existen algunos indicios y precedentes sobre todo para los más
jóvenes, desmemoriados o aquellos que aun creen que la cultura no
tiene un componente transversal y político en la sociedad. Digo
político y no partidario, que es algo bastante distinto.
Los nombres de los operadores políticos nos dan señales de lo que
podría ser la política cultural que se implemente de un probable
ganador o del otro. Aída García Naranjo (ex alumna del Conservatorio
Nacional de Música), Sinesio López (ex director de la Biblioteca
Nacional), Antonio Zapata (Historiador), Delfina Paredes (Actriz);
entre otros, están en Gana Perú.
Por fuerza 2011 ¿vá alguno visible? Hernando de Soto ¿es
intelectual? quizás el rostro más visible sean Martha Hildebrandth,
que de intelectual tiene poco, pues ella está más cerca de ser una
tecnócrata de la gramática que de la intelectualidad propiamente
dicha. Sino no, como se entenderia su recorrido sinuoso, oportunista y
cínico.
Haber un poco de memoria; en los 90s el fujimorismo nombró directora
del Instituto Nacional de Cultura a Laura Bozzo. El ente rector de las
políticas públicas culturales, estaba a cargo de la reina de la
televisión basura; durante este mismo periodo, Martha Hildebrandth,
presidió la Comisión de Educación del Congreso de la Republica, su
principal labor fué obstruir la discusión de la Ley Universitaria. Ya
que las universidades estaban intervenidas y dicha intervención
incluyó la modificación y exclusión de la currícula universitaria, de
cualquier materia que promoviera discursos críticos a la política
hegemónica, al stablisment y al modelo económico libertino, pues de
liberal tuvo bien poco.
La obstrucción de la discusión de la Ley Universitaria, tuvo sus
consecuencias produciendo una currícula acéfala, acientífica y
acrítica, tanto en la escuela como en el nivel universitario;
resultando lo que se llamó la “generación X”, una generación
apolítica, aséptica, inocua, acrítica y nula en reflexión. Su último
sub-producto, sería los PPKausas, agregándosele lo de desmemoriados y
cínicos. Pues dicha currícula, a pesar de la recuperación democrática
de los últimos 10 años, no ha sido modificada; por eso los enormes
vacíos de contenidos en el sílabus universitario y el divorcio de la
realidad con las materias de estudio. Y como consecuencia la
tecnocrácia se ha terminado imponiendo a la cientificidad. Teniendo
como resultado universidades no científicas.
Martha Hildebrandth también dirigía el Fondo Editorial del Congreso,
con lineamientos ideológicos bies específicos. Por un lado se le pago
a algunos intelectuales para dar sendas conferencias que luego serían
publicadas, con la temática de la “modernidad”. Pero esta seria una
modernidad que alababa el avance tecnológico y científico, mientras
obviaba las grandes discusiones del pensamiento contemporáneo, en
torno a la ética, los derechos fundamentales y las demandas sociales
propias de un mundo globalizado.
La otra línea editorial tenía como protagonista a “La Inquisición”;
esta línea no era inocente pues se empezó a promover en el contexto
de las denuncias sobre asesinatos, torturas y desapariciones del Grupo
Colina. Las coincidencias de tiempo- espacio no son casuales, pues en
todas las publicaciones se respiraba un ambiente de justificación
histórica y como necesaria para mantener el control social. En más de
una publicación se pretendió minimizar su accionar político y
justificar la intolerancia religiosa de dicha época. En subtexto o con
un análisis semiológico de dichos textos, podríamos concluir que el
afán principal era erradicar desde el espacio académico, cualquier
ideología opuesta a las políticas represivas y que estas son
“necesarias” para mantener el orden, el control social y una falaz
convivencia pacífica. Estas publicaciones empezaron aparecer
profusamente en el segundo quinquenio del fujimorismo. Más de una
firmada por Tehodoro Hampe y Fernando Ayllón, aunque también por
Guillermo Lohmann, Pedro Guibovich y María Emma Mannarelli. ¿Porque
aparecen profusamente en paralelo a la campaña re-re-elección, lo
peor de la corrupción institucionalizada, las esterilizaciones
forzosas y la Amnistía del Grupo Colina?
Esto no fue momentáneo, durante esta década los Centros Culturales se
esmeraban en destacarse como inócuos, asépticos y apolíticos. Era el
reality de la autocensura, lo artísticamente incorrecto de ciegos,
sordos y mudos. La eclosión del exitoso y la mercantilización se
impuso entre los gerentes y relacionistas públicos de la cultura.
Hasta ahora recuerdo a un conocido “gestor cultural” del espacio
dancístico limeño, defendiendo la idea, que los espectáculos
prioritarios en cartelera debían ser aquellos que jalen más publico;
sí, así como escribo. No aquellos que tengan o renueven los lenguajes
estéticos, no aquellos que planten problemas fundamentales sobre la
condición humana, no aquellos que critiquen o cuestionen el modelo
hegemónico o la intolerancia, no aquellos que cuestionen la hipocresía
social, la autocensura, y las estéticas hegemónicas, no aquellos que
visibilicen las contradicciones políticas; ¡No, esos no! Que se
escojan aquellos que jalen mas gente, si el publico quiere cultura,
pues démos basura disfrazada de cultura. Así, podría resumirse, el
pensamiento de este validado y bien posicionado hasta ahora gestor
cultural.
Los 90s también fue el boom de la performance como forma pero sin el
fondo crítico, cuestionador, desestabilizante, controversial y sin la
connotación política de su origen en los años 60s. La mayoría optó
por el discurso acrítico, la técnica y el temor disfrazado de
apolítico. Fue la década de la autocensura, la represión internalizada
y las estéticas escénicas y visuales efectistas. La mercantilización
llego a tal (y aun no ha cambiado) que la performance se confundió con
la publicidad, la animación de presentación de productos y por la
plata baila el mono. Algunos, que aún quedan, pasaron de monos a
mercachifles.
.
Algunas performances y performers lograron escapar de la represión
discursiva, optándose por una forma de escapismo al modelo estético
tradicional y hegemónico. Prefiriendo esconder en la forma sus
preocupaciones individuales y existenciales, frente a la precariedad
de la existencia artística que se torno agresiva. Los espacios se
cerraban a determinadas propuestas estéticas, los cuadros se
descolgaban de las galerías cuando eran incómodos o algunas páginas de
libros (que luego se publicarían por el Fondo Editorial del Congreso)
desaparecían cuando eran opuestos al régimen. Otros lograron imponerse
con dificultad acompañados de un esfuerzo mediático y colectivo.
“Lava la Bandera”, o aquella performance plástica de la “Caja de Leche
Gloria” en alusión al Caso La Cantuta, pero fueron escasos.
Es la década en que el Movimiento Teatral Independiente-MOTIN, logra
reconocer alrededor de 1,000 artistas populares asesinados y
desaparecidos por la represión política y el asesinato selectivo. Es
la década que los operadores estéticos tuvieron que mendigar por
nuevos espacios de representación; los espacios públicos, calles y
plazas estaban prohibidos e invalidados como soporte estético; es la
década de la televisión basura, el ampay, los psicosociales y lo
ideológicamente incorrecto.
Ahora me pregunto y te pregunto ¿qué política cultural se oferta en
esta elecciones?
Jesús Alegría Argomedo
YANAVICO CASA TALLER
www.yanavico.org
Blog: http://jesus-alegria-argomedo.blogspot.com
http://movimientolaredsd.ning.com/profile/yanavico
Dirección electrónica: yanavico@yanavico.org / yanavico@hotmail.com Teléf.
(0051- 51) 77 19 96 / Teléf. Móvil.: (0051-51) 951 -572128
No me interesa la danza como expresion hedonista. Me preocupa la
situacion y condicion del "cuerpo" como signo de una realidad politico
social concreta." Jesus Alegria
"Hay una razón que no aceptaremos; hay una apariencia de sabiduría que nos
horroriza; hay una petición de acuerdo y conciliación que no escucharemos.
Hemos sido reducidos a esa franqueza que no tolera la complicidad". Maurice
Blanchot).
¡Quienes han hecho del silencio complice una profesion!. De la neutralidad,
un asolapado acto criminal. Y de la tibieza. ¿Una forma reiterada de obtener
beneficios? Pierre Bordieu
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